La creatividad, el ingrediente principal en esta cocina

La iniciativa por descubrir la creatividad en la gastronomía tradicional, es lo que caracteriza a cada una de las mujeres que va llegando al taller de cocina dirigido por el Chef Jaime Barahona. Mientras se hace un recuento de vivencias que entre todos recuerdan, Jaime inicia animando a las mujeres a utilizar los implementos de seguridad e higiene antes de empezar la clase de cocina.

Múltiples recetas y presentaciones diversas de platos, son las que el Chef desea enseñarles a sus estudiantes, con el fin de expandir sus conocimientos y aprovechar los ingredientes que pasan desapercibidos día a día en sus alacenas.

Todas sacan sus agendas y toman apuntes, pues aunque no estén en la escuela, la cocina se trasforma en un salón de clases. Jaime le indica al grupo la lista de ingredientes necesarios para preparar una receta dulce y otra salada; luego explica en teoría el proceso de elaboración de cada plato y juntos logran acordar el método que utilizarán en el proceso.

Entre risas, comentarios y como un verdadero equipo comienzan a trabajar, la sinergia se nota en el desarrollo de las actividades de cada uno, los procesos se complementan entre sí y la cocina permanece en completo orden. El delicioso aroma comienza a salir del horno, y mientras se espera el tiempo de cocción, el chef comienza a contar su historia.

El trabajo desarrollado cuenta Jaime, ha crecido mucho y la Fundación Frisby ha sido indispensable para lograr los objetivos trazados junto al Sena, todos los utensilios y el montaje completo del sitio los ha ofrecido la Fundación, y el alto nivel del curso ha hecho que los estudiantes se comprometan y se inspiren a realizar proyectos nuevos de emprendimiento.

Asistentes no solo de Dosquebradas y Pereira acuden continuamente a este taller, sino que personas desde Chinchiná, Santa Rosa y Cuba también participan. Un ejemplo de este nivel de interés es Gloria Inés Correa quién explica que su motivación es aprender para preparar comidas especiales y saludables, variar el menú en casa, y en una oportunidad futura cuando tenga más experiencia crear una microempresa.

Llega el momento de compartir los alimentos, pero ese es solo uno de los muchos beneficios que deja este espacio promovido por la Fundación Frisby, ya que las exquisitas recetas no son más que el acompañamiento ideal de una tarde para disfrutar de la compañía de personas con una misma pasión en común, la cocina.


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